viernes, 3 de diciembre de 2010

CUESTIONES SOBRE LA DECREPITUD (MI DECREPITUD)

Hoy retomo la escritura en este rincón tan olvidado. Quiero, ante todo, ponerles en guardia. Quiero que sepan que lo que aquí escribo no busca difusión ni aprobación alguna, no quiero ser famoso.
Por ese motivo me he decidido a escribir de forma breve, sobre mi decrepitud, sobre mi mediocridad. Es notorio y sabido que no escribo bien, no tengo, tampoco, estilo y ni siquiera tengo estilo propio. Sin embargo, y pese a todo ello, escribir purifica mi alma, la libera de su oscuro agujero y hace que las personas que viven conmigo sean más felices, por extensión.

Les aseguro que vivir dentro de un vórtice oscuro no es agradable, ni placentero. Se parece, más bien, a recordar una pesadilla soñada la noche anterior. Es perfectamente comprensible que refleje, en las mediocridades escritas, toda esa angustia. Porque es difícil deslindar mis sentimientos de mi razón, porque es complicado levantarte cada mañana y darte cuenta de que no has encontrado tu sitio en este mundo en el cual, todos hemos de vivir juntos. Sin duda, alguna vez se han sentido así, seguro. Pero lo verdaderamente importante es reconocer que uno es mediocre y decrépito, que lucho denodadamente por mejorar y que, al final, siempre vuelvo al punto de partida, al inicio, al vórtice oscuro.

Pese a todo ese dolor y sufrimiento, quiero seguir luchando, quiero compartir con ustedes mis momentos. Ese es el verdadero motivo por el cual continuo acudiendo a esta cita literaria; para seguir convencido de que puedo mejorar y superarme.
Duelo a mi decrepitud

Porque todos ustedes me importan...y porque tenemos cosas en común.
Mi decrepitud se hace liviana si sigo junto a todos ustedes, paseando en el camino de la vida, contemplando el bello paisaje y las estrellas cada noche, las maravillas que dignifican mi existencia menuda y triste...

Hasta siempre.



domingo, 19 de septiembre de 2010

ESCASEZ DE SENTIMIENTOS


Pasado el parón veraniego suspiro; estaba harto de sol y gente ociosa -entre ellos yo mismo-. Todos los días de acá para allá, sin rumbo, perdiendo la vida en un país que me odia por ser distinto, por no compartir su visión homogeneizada, de forma artificial, de lo que es aprovechar la vida en sí misma y las escasas oportunidades que ésta te da, de lo que es el sentido inmaculado de la misma, de lo que son los valores de permanencia en uno mismo, de inalterabilidad, de virtud. Un país frustrado que se engaña haciendo creer(se) que todo tiene una salida de emergencia...

Pero bueno, seguimos adelante, siempre adelante...en un eterno caminar entre brumas que hacen recogerte en ti mismo. En un enterno discurrir, tengo la sensación de que todo debate es esteril y reiterativo, tengo la necesidad permanente de pasar a la acción inminente e inmediata en la que desfogar toda la rabia contenida, toda desazón del alma...

Ese es mi deseo pero la sociedad que me rodea, lo que te otorga te lo quita sin más explicaciones y miramientos, me compele a hacer o realizar cosas bien distintas y distantes. Mi tesón me empuja constante hacia un camino de rectitud, mis labios no mienten, pero, las acciones destinadas a recorrer ese camino intransitado se frenan, se detienen en cuanto contactan con el sentir general y generalizado. La catalepsia está servida en platos de oro denominados ayudas y subvenciones. El resultado de tanta lucha por no hacer es visible, áspero y nos aniquila uno a uno...

Con denuedo he ido sorteando todo obstáculo que me encontraba; ahora desfallezco y no puedo más. En ese morir pienso que la perfección de la vida es irse (de inmediato) sin hacer ruido...morir. Quizá de esta forma todo lo que he pasado tenga o cobre un especial significado porque, de lo contrario, sería asomarse al abismo del nihilismo del contrasentido, de la ilusión y el ensueño. No. Mi vida es y ha sido real, con errores, pero real. De esta realidad extraigo las gotas de zumo de esta amargura que oprime mi pecho y te las entrego, volitivas inducidas al sereno colapso de quien ya no espera sino la consumación del fin.
Es tarde y nada podemos remediar...la escasez de sentimientos realmente sentidos en mi vida prodiga artificialmente mis últimas palabras donde sólo me resta decirte: "tú serás el próximo."

Joseph Sczënczë

lunes, 23 de agosto de 2010

DESPUÉS DE TI...

Saludos a todos:

Hoy la disquisición que pretendo llevar a cabo trata sobre el vacío que queda cuando pierdes a una persona querida, cuando se aleja, cuando nunca volverá a estar con nosotros.
Todos sabemos que cualquier pérdida es dolorosa; siempre. En este caso, gracias a Dios, no es una pérdida física pero sí anímica y me ha dejado igual de consternado. Habíamos pasado el verano juntos, habíamos conversado trabando buena amistad aun así, esto no impidió para que víctimas de las considerables barreras sociales que perduran, nuestra amistad fuese devorada en ese mar de llamas que es la corrección o moral.

Es curioso, en un primer momento no me daba cuenta de lo que apreciaba a esta persona, de la magnitud, de la importancia que hubo de adquirir al paso de los días y las horas juntos. En un momento posterior, he sentido un inmenso silencio, se ha adueñado de mi corazón, de mi ser y aún a día de hoy me encuentro consternado, falto de esencia.

No fue culpa nuestra, no fue culpa tuya. Toda responsabilidad recae sobre mí, sobre mi indecisión...y de ello concluyo con mi triste epitafio, con mi cipo funerario donde rece así:

"Aquí yace el necio más grande de todos los tiempos. Dejó pasar su vida sin paladear su sabor..."

Lo siento, si todavía es tiempo, puedes volver...
Joseph Sczënczë


miércoles, 11 de agosto de 2010

CONFESIONES EN EL MURO: FACEBOOK

Sé que parece invasivo, al menos yo así lo percibo. Escribir en el muro de alguien, de otro, es un acto de intromisión en la vida ajena en sus emociones y pensamientos. Ahora bien, la situación bien lo merece.
Si hago acopio de valentía para acometer tan ardua tarea no es sólo por un instinto puramente egoísta, egocéntrico o de megalomanía sino, por lo contrario, por buscar campos comunes donde poder vaciar el alma y sus pesares, donde aliviar este peso insólito que es vivir pero que, a fin de cuentas, es lo que tenemos o poseemos a tiempo completo.
No es que el mensaje sea muy alentador ni atractivo tanto como para ornamentar este muro pero creo que hay que ser crudo para poder mostrar toda la fuerza con la que se impone sobrevivir en la propia vida.
¿Quién dijo que era fácil? ¿Qué camino seguir?
Esas y otras cuestiones menores o menos acuciantes acuden a nuestras mentes de vez en cuando y, si bien es cierto que no existe una respuesta exacta para el dilema vital, lo cierto es que somos nosotros mismos los que marcamos, en buena medida, el ritmo y el camino que recorremos.
No estás solo; habrás oído muchas veces. Pero la verdad es que sí estamos solos; nacemos solos y moriremos solos. Que esto no te asuste porque constituye una buena prueba más de que tú, únicamente tú, puedes decidir...
Ha sido un gran alivio poder lanzar todo esto en tu muro, en el mío no era capaz por miedo a recordarlo de forma permanente, para siempre...

Joseph Sczënczë

sábado, 7 de agosto de 2010

REFELXIONES SOBRE LA MEDIOCRIDAD


Saludos a todos.

Emprendemos una nueva e ingrata tarea donde el papel fundamental gira entorno a la apreciación de la gravedad que demuestra el mediocre en su esfuerzo cotidiano por conseguir serlo un poco más.

Hoy, es sabido y comprobado, que nos encontramos viviendo y presenciado una época de muchos cambios, que se producen de forma vertiginosa, en estructuras vitales que nos afecta de forma directa o indirecta. Conviene aclarar que no todo cambio es negativo, solamente que no somos capaces a adaptarnos lo suficientemente rápido a los mismos.

Sin embargo, por extraño que pudiera parecer, en estas mismas épocas de avances, de mejora, el incremento de la mediocridad humana que se experimenta no tiene parangón alguno. Las pocas veces que salgo a tomar un refresco a las terrazas veraniegas observo vivos ejemplos de estupidez humana, de miseria moral, en definitiva de estulticia. Claro que no haría falta salir a ninguna terraza para sentir que lo que te rodea -no todo, afortunadamente- tiene es tizne absolutista y estúpido. Algo así como una mezcla carnavalesca de dictador admonitorio.

Con esto me refiero a la cuadrilla de gobernantes que nos desgobierna. Estamos pasando por la peor, o de las peores, rachas económica y social. Asistimos impávidos a la decadencia de una sociedad fundada sobre pies de barro y donde el mayor interés reside en ser arrastrado por una de esas dos españas en eterno enfrentamiento. No cabe duda, estamos en la tierra de Sileno, ese dios malvado y carcajeante que nos sale al paso en cada camino y en cada iniciativa que tomemos.

Muchos se instalan en una especie de perplejidad romana, estólida y de estatua. En mi caso prefiero exiliarme, ponerme en guardia ante tanta mediocridad, ante tanto fariseismo barato.

Por eso, amigos, estas breves palabras tienen un objetivo claro y conciso, certero. Tienen como propósito despertarles del dulce letargo de la vida estomacal y subvencionada. Porque, al fin y a la postre, esa cuenta la pagamos todos.


Joseph Sczënczë

martes, 6 de julio de 2010

MÁS ALLÁ DE LA ESTULTICIA Y DE LA INIQUIDAD ESTÁS TÚ...

Hace tiempo que vengo teniendo la corazonada, casi la certeza de que el bien es anónimo; no tiene rostro, no se ve y no se escucha.

A diferencia de lo que ocurre con el mal como manifestación ostentosa y que se regodea sobre su propia concepción y existencia, el bien es un hecho callado y silencioso. Es como aquellas películas en las que el protagonista anda haciendo alardes entre esos dos mundos -fruto de la voluntad de un mundo sólo- está al filo de la navaja. Sin embargo, esa situación quebradiza y autodestructiva del protagonista en cuestión, -nuestro protagonista de nuestro filme ficticio- se torna bajo el paraguas silencioso y protector (humanizante) del bien, de su contacto con ese bien que le proporciona cierta decadente seguridad. Éste lo podemos identificar en el amor a la bella joven de turno, la protagonista femenina que, con mucho trabajo y sufrimiento a modo de bella y bestia, intercambian sentimientos que confluyen en una historia común de la cual es difícil deslindar lo que constituye el bien del mal.

Como en la vida cotidiana, en el abrazo, el beso, la mirada, la caricia, la cortesía y otras manifestaciones que permiten que la cordura y el amor imperen dentro de nuestras vidas carentes de cordura, el bien se manifiesta de repente, indeciso pero con firmeza.
También como en la vida diaria, se halla jalonada de locura, odio, envidia, celos, maldad que nos hacen reflexionar sobre la necesidad del primero para controlar el segundo y dotar, casi ofrecer, una visión de la vida más habitable e iluminada. Quizá sea la búsqueda de ese quinqué que nos permita aferrarnos a una luz sobre las tinieblas y así contemplar con estupor nuestra propia imagen; la imagen de la estupidez o de la esperanza. 

De ustedes depende... 

Joseph Sczënczë

jueves, 17 de junio de 2010

CUESTIONES SOBRE LA NADA Y EL DESPOTISMO

Saludos a todos.

El objeto de este pequeño comentario no es, ni engrosar las listas de erudiciones, ni, mucho menos, pretender algo. Lo que me lleva a escribir es la sensación de impotencia, de rabia, de amargura al ver como esos dichosos dilapidadores de lo ajeno viven a costa de mi desgracia.

En fechas recientes me he vuelto a quedar sin trabajo -por cuarta o quinta vez- lo que significa, sin lugar a dudas, que llegarán los problemas y las estrecheces. Llegarán las angustias, llegarán las discusiones por cualquier cosas, las tensiones y malas caras...

Sin embargo, cuando pongo el televisor, de vez en cuando, escucho a estos maleantes con su discurso de medio pelo como nos quieren vender humo y seguir engañándonos una vez más. Conviene tener presente que nuestro país ha quebrado el pasado día 7 de mayo y que aún así, estos inútiles subidos en coche oficial propugnan y venden a cualquier precio su patética propaganda...allá ellos porque yo cuando pueda me marcharé, como hizo mi padre, como hizo mi abuelo. Me marcharé a un exilio forzoso porque aquí, en mi casa, no encuentro para comer.

Pero, sin rencores, a éstos ladrones con corbata o modelito de Christian Dior les queda poco tiempo, muy poco. Esto es así debido a que este entramado de corrupción y derroche no se puede seguir manteniendo y cuando eso ocurra yo no estaré aquí para pagar la factura de esta fiesta. Que lo hagan ellos, empezando por el mayor déspota de este país que desgraciadamente dice que nos representa a todos...


Joseph Sczënczë

lunes, 17 de mayo de 2010

EL MITO DE LA SUPERACIÓN; ANESTESIA DEL YO...

Es sabido, me consta, que el ser humano debe luchar por preservar su propio devenir, su propia existencia. Existencia basada en la constante progresión superando los obstáculos que se le pongan en el camino. Sin embargo, esa progresión, ese camino que recorre, no muestra siempre su faz recta. Se dan casos que ese progreso se ve jalonado de unos desvíos que, en ocasiones, son deliberados y en otras, son involuntarios, ajenos al devenir propio.

Hoy estamos viviendo un momento en el que le desvío que hemos tomado es deliberado, pesadamente deliberado.

En el afán de conseguir liberarnos de nuestras propias limitaciones o ataduras se van produciendo lo que popularmente se vienen a denomina "los derechos de tercera generación".

Estos pretenden ser una especie de ampliación de los ya existentes desde tiempos inmemoriales. Son, por así decirlo, un sucedáneo de los auténticos que se hallan limitados por los propios deberes u obligaciones que toda persona ha de conocer y que lo marcan los derechos del prójimo como sustrato infranqueable denominador del propio contenido estatutario de los mismos.

Vienen, estos derechos de tercera generación, de la mano de una estudiada puesta en marcha partidista que lo que mayormente pretende es el voto cautivo de determinados sectores o segmentos de la población que ejerce el derecho al voto.

Es frecuente confundir los derechos con otras posibilidades abiertas que en la vida se nos manifiestan, por ejemplo; situaciones extremas que condicionan el planteamiento de la esencia de la vida del ser humano.

Cada vez se aprecia en mayor medida la carencia de la sociedad actual de una sensibilidad que adapte lo moralmente correcto a lo que individualmente se puede considerar una elección singular como la elección de un pantalón de un color u otro. La banalización y una ataraxia crónica nos llevará, sin duda, a un vacío progresivo que habrá de volverse la vida del propio ser humano; en un objeto fácilmente moldeable y sometido a los preceptos volitivos y transitorios sobre los que nos asentaremos.

La técnica arquitectónica que empleamos presenta un fallo estructural -en sí misma, por sí misma- que debilita el conjunto del edificio en el que asentamos nuestra existencia, corta existencia. Quizá basada en un nihilismo, basado a su vez en la negación de una oportunidad póstuma y en relativizar las consecuencias de asumir estos principios como tal y de forma existencial -inspiradores- nos esté dando una falsa impresión de grandeza innata de megalomanía, de eternidad.

Conviene no despojarse del último reducto que es la humanidad; el prójimo, el otro. El otro ha de ser como yo mismo para mí. No lo olviden...


Joseph Scënczë

jueves, 11 de febrero de 2010

ARROGANCIA EN EXTREMO

Saludos cordiales.

Pasamos por una deriva sin precedentes, sin sectores que se libren de la misma, sin un final que se atisbe.
Sin embargo, estos caballeros que dicen gobernarnos continúan en su fiesta privada, en su orgía económica y moral, en su regocijo de decrépita decadencia recién estrenada; y actúan como si nada hubiese pasado. Todo ello, con el contubernio y la anuencia de su comadres titulados como sindicatos de apoyo a los ricos, los poderosos.

Bajo este panorama ¿Qué nos queda a la gente decente?

Creo que la respuesta es siempre la misma; emigrar. Sí, emigrar como lo hicieron un día nuestros padres, nuestros abuelos en busca de un futuro de verdad donde sólo con el trabajo se viva y no del trabajo de los demás.

La permanencia en cargos de responsabilidad de gente con mucha apetencia por lo ajeno, por lo que no ha ganado con su esfuerzo y tesón hace que se vea con normalidad vivir de la política. Cuando sabemos que se trata de una actividad regida por el altruismo y la dedicación, éstos la han convertido en un verdadero cenagal; sin vuelta de hoja.

¿Quién les ha pedido que se pongan en las listas electorales?

¿Por qué motivo convierten esta noble tarea en una dedicación rentable para una minoría cleptocrática?

En sus reflexiones encontrarán un candil que les alumbre en esta total oscuridad moral e intelectual.

Joseph Sczënczë

domingo, 10 de enero de 2010

DE NUEVO ESE RUMOR


Llega el periodo electoral, los clanes se inquietan, miran azorados de izquierda a derecha y se encomiendan al sanedrín para que la suerte caiga de su lado.
Es lo peor de la democracia, la farsa a la que asistimos periódicamente y sin complejos ni pudor. Todos ponen cara de preocupados y compungidos por los problemas de la plebe -esa masa amorfa- que les nutre y eleva tanto en bienes materiales como espirituales. Éstos segundos representados por una especie de superioridad moral que atufa. Como portadores de la verdad absoluta y del conocimiento del bien que todos -el resto- perseguimos de por vida, así ellos encandilados con sus términos huecos dejan caer su propina palabrera para alimentar y engordar a los portadores del mensaje divino.

Adoradores nocturnos de dioses -sí, dioses con minúscula- de barro y oro que roban del sudor del hombre, del trabajador. Los políticos mitigan su denigrante decadencia con perfumes de civismo normativizado con sus respectivas reglas de juego que sólo ellos juegan e incumplen sistemáticamente.

Esta jauría emite un rumor constante y monótono. No se distingue precisamente del que pueda emitir un animal salvaje, cualquier animal. Ruido sordo que embarulla la vida de los demás, cántico de sirena que habremos de soportar asidos fuertemente a los mástiles de la cordura cual Ulises; si lo logramos al fin.

Este rumor en súbito aumento trae el periodo electoral; mi calle, mi barrio, mi ciudad se disuelven en una babosa sustancia secretada por la razón impuesta ante la cordura. Nos llenan nuestros sueños con sonido celeste que al despertar se convierte en marabunta agresiva; en pesadilla incumplida, inconclusa en pasta pegajosa.

Todo está a medio hacer y, sin embargo, quedan fuerzas para prometer para arrumbar de nuevo la integridad de las personas, de los vecinos, del amigo. Quisiera parar esta ofensa pero no tengo más armas que mi cuerpo y el amor a la obra hecha hombre por eso lloro, sólo lloro...

Ahora nos queda el silencio hasta otras elecciones.